viernes, 31 de octubre de 2008

Abordaje Integral a Niños en Riesgo Social, una Estrategia de Trabajo Intedisciplinario

El objetivo del presente trabajo es presentar un abordaje interdisciplinario con enfoque multidireccional, y una modalidad operativa de trabajo en red con niños en riesgo y vulnerabilidad social. Nuestra participación en una fundación sin fines de lucro se focalizó en poder contrarrestar la agresividad en niños que ya estuvieron expuestos a sufrir violencia familiar, social, escolar. Apostamos a incentivar y apoyar a los chicos para que sean ellos mismos protagonistas de su propio desarrollo. Entendemos que la violencia no es innata en los seres humanos, sino que es un aprendizaje y como tal puede y debe no solo ser prevenido sino también desaprendido. La pobreza, el abandono, la violencia nos lleva a la reflexión que no vivimos en un mundo aislado. El “yo” y el “tú” solo nos lleva a un aislamiento que acrecienta aún más la brecha de pobreza, abandono y violencia. Solo con el “nosotros” y desde “nosotros hacia la comunidad”, podremos lograr que nuestros niños tengan igualdad de oportunidades para poder insertarse en una sociedad más justa y humanitaria, usufructuando así todos los derechos de los cuales son dignos como seres humanos. 

INTRODUCCIÒN

A modo de documento preliminar, aquí se esbozan algunas ideas que puedan permitir la creación de un espacio de discusión, en donde se ponga en juego el real aprendizaje de la circulación de la palabra y la diversidad. Dentro del vertiginoso dinamismo de las sociedades avanzadas, se están dando importantes cambios donde aparecen situaciones hasta ahora desconocidas, que afectan directamente a la correcta socialización de nuestra infancia. La infancia en situación de riesgo se suele definir como un grupo en proceso de desadaptación social por causas básicamente familiares. Si hacemos un rápido repaso a las diferentes orientaciones teóricas que definen las situaciones de riesgo social veremos como el énfasis siempre recae en las circunstancias familiares.

Así, el enfoque socio-ambientalista acentúa la importancia de los factores ambientales y sus programas de intervención hacen hincapié en los apoyos a las familias cuando analiza este fenómeno. El enfoque conductista, en cambio, se centra en la idea que las situaciones de riesgo están causadas, fundamentalmente por las dificultades de los padres en desarrollar su rol parental y en cubrir las necesidades básicas de sus hijos; por otro lado las perspectivas psico-dinámicas ven la conducta como algo sintomático causado por experiencias pasadas que mucho tienen que ver con las habilidades afectivas familiares. Por último, el enfoque sistémico parte de la premisa de que el individuo con problemas forma parte de un sistema, básicamente familiar, con dificultades (Guasch, M. y Ponce, C., 2002).

Los enfoques teóricos que abordan la epistemología de la infancia en situación de riesgo se centran en la situación familiar, identificando las causas y los factores de riesgo en el microsistema familiar: la desestructura familiar, los maltratos infantiles familiares, la dinámica conflictiva entre padres e hijos, la ausencia o el exceso de disciplina, la negligencia o la ausencia de lazos afectivos, son algunos de los factores que se han identificado como causa de la desadaptación social.  

La condición de riesgo es la que se da en individuos que tienen un déficit importante en las necesidades básicas de contención, y en la provisión de estímulos afectivos en un momento de su desarrollo  colocándolo en estado de abandono.

DESARROLLO

Infancia en situación de riesgo

Para resolver la situación de los niños  en estado de abandono, se produjeron demandas sociales que determinaron el surgimiento de instituciones que se hicieran cargo de esas funciones, para  intentar  brindar elementos que sustituyeran  o solucionaran el estado de carencias básicas padecido por estos niños. En el caso de los menores en riesgo, es necesario el estudio de las instituciones que cubren las funciones de socialización.

El propósito de la investigación es, lograr un entendimiento global de la realidad para establecer un abordaje integral a niños en riesgo social, en un marco de trabajo interdisciplinario.

Nuestra participación en una fundación sin fines de lucro se focalizó en poder contrarrestar la agresividad en niños/as de 6 a 8 años que ya estuvieron expuestos a sufrir violencia familiar, social, escolar. Estos  niños, seleccionados por sus características de riesgo social, provenientes, en su mayoría, de barrios de profunda pobreza  de zona sur del Gran  Buenos Aires, afectados por las consecuencias de una prolongada crisis económica y social.  Nuestra labor se centró en brindar asistencia  y  acompañamiento terapéutico a estos niños/as, con la correspondiente supervisión de los casos a cargo de la Lic. María Cristina Rosende.  Apostamos a incentivar y apoyar a los chicos para que sean ellos mismos protagonistas de su propio desarrollo.

En la Fundación  se busca promover, en primer término, aquellas acciones que garanticen la alimentación, la salud y el aprendizaje de niños que se encuentran en estado de riesgo social, fortaleciendo y acompañando la función de sus familias y la comunidad, complementando la acción de la escuela, facilitando los aprendizajes escolares y, en definitiva, previniendo el fracaso escolar y social.

En relación a los objetivos de nuestra investigación, las modalidades de abordaje del trabajo asistencial fueron objeto de un detenido análisis. Varios fueron los factores que así lo exigían, desde el marco teórico, desde el punto de vista del proceso y la modalidad de construcción  del conocimiento nos apoyamos en el enfoque psicoanalítico.

En vínculos institucionales, que se entrecruzan con una tarea particular también de la estructura individual.  El niño soporta la dificultad pero es necesario dialécticamente, los otros aportan el sentido y por lo tanto fue también una preocupación considerar el significado del síntoma desde la escuela, desde el espacio de la clase, y desde la familia y el niño como emergente de estos grupos primarios. Interrogamos sobre el significado que tiene el no aprender. La familia adquiere un protagonismo como tal, dejando de ocupar los lugares de padres, y ocupar los padres el lugar de miembros informantes. El niño paciente deja de ser hablado por otros y cada uno habla por si mismo y desde su  lugar. 

Nuestro trabajo pretende mostrar cómo los aportes de distintas disciplinas favorecen las posibilidades de intervención y por ende los resultados, permitiendo sentar las bases para un accionar responsable favoreciendo que los profesionales intervinientes realicen los ajustes necesarios para atender cada caso particular.

Los conflictos familiares no son otra cosa que la expresión manifiesta de una compleja trama subyacente, que a veces, ni siquiera los propios protagonistas conocen. El abordaje fue realizado  desde la psicoterapia, desde la asistencia social, desde la clínica, pues si tomábamos una sola de estas ramas exclusivamente, hubiera resultado ineficaz.

De esto se trata el trabajo interdisciplinario. Mucho más que el trabajo conjunto de distintas disciplinas, se trata de unificar criterios para encontrar un lenguaje común a través de la integración de los distintos puntos de vista, resignificando estos nuevos espacios que la sociedad actual y la comunidad hoy nos requieren.

Fenómeno de los malos tratos

El fenómeno de los malos tratos a la infancia responde a un tipo de relación entre el adulto y el niño que podríamos definir como disfuncional y distorsionada. Responde a una manera de entender y de establecer las relaciones entre el adulto y el niño, en que éste es objeto de acciones y/u omisiones que, al fin y al cabo, no ayudan a su desarrollo y estropean, de una manera u otra, su bienestar físico, psíquico y social. La poca atención y la falta de cuidado hacia los intereses y expectativas de los niños, el abandono -en cualquiera de sus formas-, las respuestas inadecuadas, las conductas punitivas y adversivas, el abuso tanto físico como sexual o psicológico, sirven para determinar  una cierta o total incapacidad, ignorancia, imposibilidad o indiferencia por parte de los padres con respecto a la atención, cuidado, protección y educación de sus niños y niñas.

Situaciones y realidades que no dejan espacios para crear e integrar otras maneras de vivir y experimentar el hecho de sentirse aceptado, valorado y querido, y saberse acompañado por unas personas significativas en sus aprendizajes, intereses, necesidades y procesos vitales. 

La detección a tiempo de una situación de abuso o negligencia respecto de un niño, es tarea de la comunidad y debe abordarse con extrema precaución. Esto fue lo se intentó trabajar en la fundación.-

La comunidad educativa puede actuar preventivamente, respecto de situaciones de maltrato hacia los niños/as, del que pueden ser objeto tanto de parte de sus pares, como de su entorno familiar deteriorado. 

Violencia y Agresividad 

Entendemos que la agresividad no es algo aislada sino que es constitucional del ser humano. Nos referimos a la mismo como toda acción, motora o verbal, cuya intención es causar daño directa o indirectamente a otra persona. Esta agresividad puede ser utilizada como fin o como instrumento para conseguir otras metas distintas.

Cuando la satisfacción no se logra de modo y en forma inmediata, careciendo de reflexión y cuando la palabra no puede implementarse como forma de comunicación, es ahí que aparece la violencia. La palabra, el lenguaje, lo simbólico es lo que nos dista de la naturaleza. El ser humano nace en un mundo de lenguaje, estamos atravesados por el lenguaje.

La violencia no es innata en los seres humanos, sino que es un aprendizaje y como tal puede y debe no solo ser prevenida, sino también desaprendida.

El dominio de uno mismo y la tarea de contener y controlar la violencia del otro en situaciones de conflicto, es un proceso que se aprende.

 Entendemos a la violencia como: el uso y el abuso de la fuerza desnaturalizada que los seres humanos descargan contra otros; es decir, como la fuerza desconectada del instinto de supervivencia. Durante el proceso de socialización infantil, la violencia social se definiría por la falta de acatamiento de reglas y normas sociales, incidiendo tanto en la resistencia como en la indisciplina ya sea verbal o física. Por ello, el estilo personal de violencia, incluirá tanto:

La agresividad física - manifiesta (vandalismo y agresión física)

La oculta (acoso sexual y bullying)

La agresividad verbal (insultos, apodos, amenazas)

Las simbólica (aislar intencionadamente a otros niños, promoción de rumores y calumnias)

Las conductas disruptivas en el aula y los problemas de atención - se relacionaría con la hiperactividad, la impulsividad, problemas de disciplina,  y falta de habilidades sociales en los procesos de comunicación-, que no dejan de ser un comportamiento antisocial pero sin manifestación física de la agresividad. (Olweus D., 1998)

Consideramos que la violencia infantil, como parte del clima educativo y las relaciones interpersonales de los niños con sus iguales y con los adultos, que tienen lugar en los distintos contextos en los que se desenvuelven -escuela, familia, vecindario-; sería el resultado de un inadecuado proceso de socialización. Estas conductas violentas iniciales, lejos de ser sustituidas por otras estrategias y habilidades prosociales, son reforzadas y llegan a constituir una pauta habitual de comportamiento. En este proceso estarían influyendo diferentes factores, desde los hereditarios; innatos o biológicos, los psíquicos, hasta los que están definiendo las características de los contextos de convivencia y por lo tanto, de socialización. Sería uno orígenes de la violencia, que surge a raíz del escaso o erróneo desarrollo de la competencia social que todo niño debe poseer para la adecuada adaptación a su entorno físico y social. (Cerezo E., 1997) 

Tan importante es trabajar para la creación de vínculos y la relación personal, como trabajar para la creación de diferentes marcos de convivencia, aprendizaje y otras formas de relación social. La acción educativa tendrá que ir orientada a plantear, extraer y/o ayudar a sacar en el niño o joven las cuestiones vitales que le preocupan y que le bloquean, de manera que esto le permita tomar conciencia de su situación, de sus carencias y necesidades haciendo un ejercicio de conocimiento, comprensión crítica y elaboración de su realidad personal.

  Maltrato en la infancia y abuso sexual infantil

El tema del abuso sexual infantil forma parte del maltrato a la infancia guardando estrecha relación no solo con la violencia intrafamiliar, sino también con la social. Estas son temáticas estrechamente interrelacionadas y bastante observadas en las investigaciones.

Las graves injusticias y agresiones infligidas en la niñez dejan sus marcas para el futuro, dado que la imposibilidad de defenderse y articular su rabia y su dolor, hacen que estas experiencias no puedan ser integradas a su personalidad y la hostilidad inconsciente habitualmente se dirigirá contra sí misma; bien contra su cuerpo (somatizaciones crónicas, drogadicción, alcoholismo, bulimia etc.) o bien contra quién considera de su creación y parte de ellas mismas.

Privilegiar la escucha, de estos niños/as abusados sexualmente, en un marco de contención y de trabajo interdisciplinario, no es poca cosa ya que como se dijo, al inicio del presente trabajo “apostamos a incentivar y apoyar a los niños para que sean ellos mismos protagonistas de su propio desarrollo”. Cómo llegar a esto sí primero no son escuchados y atendidos desde su propia subjetividad.

Por este motivo, por sobre todas las cosas debemos privilegiar la escucha en un marco de contención. Debido a que la Ley del silencio es lo que lo sostiene y lo perpetúa en el tiempo. La lealtad invisible es lo que lo impulsa el abuso a repetirse en el tiempo transmitiéndose transgeneracionalmente. En esta ley del silencio entramos todos, en la medida que ignoramos o no comprendemos este vinculo invisible.

Para romper este silencio necesitamos más el trabajo en redes y del trabajo interdisplinario, no solo un trabajo de contención a las victimas, sino también tratamientos rehabilitadores para los victimarios junto con la reparación y la justicia sobre el  daño ocasionado. 

CONCLUSIÒN

Es importante la referencia a nuestra labor profesional comprometidos con los necesarios cambios sociales, y no convertirnos en cómplices de este sistema social injusto, desigual y marginalizador. Vincularnos con los otros, en este caso con los niños en riesgo, desde la solidaridad.

Ha pasado una larga historia en la Argentina en el cual, la gran mayoría acordamos que no la queremos nunca mas, pero si nos falta algo es reflexionar en como reconstruimos todo un conjunto de valores que han sido destruidos y nos han habituado a convivir con hechos y  circunstancias que se nos representan como resignadamente normal, que nosotros nada tenemos que ver, sino los políticos o los profesionales, o el estado, o la medicina, o a quien le corresponda en algún momento y lugar algo de lo que vamos padeciendo

Si bien las fundaciones serán una forma de aliviar y reemplazar las carencias de un estado, Es el estado que debe proteger a esas familias olvidadas. Y ese Estado somos nosotros mismos. Estos trabajos en la fundación con niños en situación de riesgo social, trabajos conjuntos, interdisciplinariamente, tenemos la obligación de llevarlo a un contexto mucho mas amplio y llegar a las raíces del problema.

Las fundaciones deben existir, pero “hoy, aquí y ahora”, porque el problema ya está, pero no deben crecer, deben ser fundaciones situadas en un tiempo cuya vida debe ser lo mas corta posible.

Promover un cambio social es obligación de aquellos que conducen los destinos de un país y del cual somos participes responsables y no exigirlo, debe llamarnos a la reflexión del porque no se discute, porque de eso no se habla, “por algo será”, “algo hicimos y habrán hecho” para llegar a esta situación. Y lo que estamos haciendo ahora, como profesionales de la salud, es no ir al análisis profundo del contexto social en el cual desarrollamos nuestra profesión y nuestra vida.

Detrás de un niño carenciado material y afectivamente, al que no les respetamos sus derechos, hasta los más esenciales, hay una familia a la que diariamente no respetamos, porque le privamos de lo más esencial para su vida: trabajo, salud, educación. 

Constantemente lo vemos en la calle, una franja marginal que crece día a día, la falta de trabajo, la explotación de los niños en los trabajos nocturnos. Niños entre 5 y 15 años que en su mayoría vemos revolviendo basura, haciendo malabarismo con 3 pelotita a cualquier hora, con frió, vendiendo estampitas, corriendo riesgos entre los coches, fumando o aspirando bolsitas de pegamento, de paco. Estas cosas también son nuestra responsabilidad. Estos chicos que ya tienen “la identidad de la calle” son nuestra responsabilidad.

Si algo debemos rescatar de todo esta labor en la fundación, es haber encontrado un grupo de trabajo, un grupo preocupado por saber, por tratar de hacer las cosas bien, por solidarizar sus conocimientos, por preocuparse de charlar con otros las cosas que les preocupan y por mirar más allá de nuestra tarea específica, y que hoy nos reúne: los niños en riesgo. 

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Trabajo editado en  http://www.funcapac.org.ar/index2.php?  

Editado también  en Boletín electronico Psicologia Juridica. org mayo. junio  2007 ISSN 1692-0759 página http://psicologiajuridica.org/psjb29.html

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