viernes, 31 de octubre de 2008

Síndrome de Burn out: padecimiento en instituciones públicas

Taller Cine-Debate: Proyección película “Adios al Manicomio”, Derechos Humanos y Salud Mental, la experiencia en San Luis. Dirigida por Pablo Moyano.Es la experiencia en salud mental durante 12 años llevada adelante por el Dr. Jorge Pellegrini, Premio Ginebra 2005, otorgado por la Asociación Mundial de Psiquiatria, por su defensa a los derechos humanos de los enfermos mentales en San Luis. 

Abstract

Como analistas institucionales venimos percibiendo ciertos síntomas que insisten en los equipos de profesionales afectando sus prácticas y su identidad  profesional.                        

El 1º objetivo del presente  trabajo es exponer un estudio de campo que se efectuó en el Instituto del menor ”Borchez de Otamendi”. Intentamos revelar la situación de desmantelamiento y abandono que sufren algunas instituciones públicas, agravado por el aumento de la población que deben atender, y que dan cuenta de la necesidad de equipos interdisciplinarios mejor preparados  y más “comprometidos” para hacer frente a este “Síndrome de Violentación Institucional”. El Síndrome de Burn Out está estrechamente relacionado con el estrés laboral, pero con características propias que lo diferencian cualitativamente de un estrés laboral agravado.   

El segundo objetivo es hacer una reflexión mediante un cine debate donde se proyectará la película “Adiós al Manicomio”, que revela el proceso de transformación institucional llevado a cabo por el Dr. Jorge  Pellegrini en el Hospital Psiquiátrico de San Luis, hoy llamado Hospital Escuela de Salud Mental. Trabajo que le significo al Dr. Pellegrini el Premio Ginebra 2005, otorgado por la Asociación Mundial de Psiquiatría, por su defensa a los derechos humanos de los enfermos mentales.

El objetivo central de nuestro trabajo será el análisis y reflexión  sobre el factor humano quien por su condicionamiento o por su potencialidad se encuentra inserto en un contexto político y social donde la defensa y ampliación de los derechos humanos pierde el eje del factor supremo que es el “ser humano”, un ser siendo con otros.

Introducción

       En el último tiempo el distrés fue aumentando notablemente. Las causas van desde la demanda de competencia que hay en el mercado mundial, la necesidad de estar a la par con el nuevo equipo y la tecnología moderna, así como la creciente despersonalización en el lugar de trabajo. Los sondeos revelan que cada vez más personas llegan a la frustración o a la violencia física por las demandas diarias que enfrentan en el trabajo.

Se evidencia un gran  temor a perder el empleo a medida que la economía se estanca, o al carecer de vida personal con los localizadores, los teléfonos celulares e Internet que mantienen a los empleados vinculados al trabajo 24 horas al día.  El estrés puede manifestarse en diferentes formas, desde la aparición de urticaria hasta dolores de cabeza crónicos, dolor  la espalda, obesidad, insomnio y depresión, y todo contribuye a aumentar los costos en atención de la salud.

En todas las  profesiones y actividades  laborales existen presiones y situaciones estresantes que pueden generar diferentes síntomas que  afecten a la persona, no solo el  ámbito laboral  sino que también  en su vida cotidiana.

Básicamente  el desgaste  por las actividades laborales  no  puede ser  superado por  las  estrategias  de afrontamiento de la persona  y afecta  su  capacidad de adaptación generando disfuncionalidad en diversas áreas. El síndrome  de  Burn out  es un término que alude a este proceso. Síndrome, también conocido con los nombres de síndrome de estar quemado, síndrome de quemazón o síndrome de desgaste  profesional.

El primer objetivo del presente trabajo es exponer e intentar delinear las conclusiones de un estudio de campo realizado por estudiantes de la carrera de Tecnicatura en Minoridad y Familia de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, efectuado en el Instituto del menor ”Borchez de Otamendi”.  Ubicado en la Ciudad de Buenos Aires. Establecimiento de admisión y diagnóstico para  niños, niñas y adolescentes con derechos vulnerados o amenazados, de entre 4 y 11 años, de régimen abierto, dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, adolescencia y Familia como lo indica  la ley nacional 24.061.

El segundo objetivo es hacer una reflexión mediante un cine debate donde se proyectará la película “Adios al Manicomio”, película que revela el proceso de transformación institucional llevado a cabo por el Dr. Jorge Luis Pellegrini en el Hospital Psiquiátrico de San Luis, hoy llamado Hospital Escuela de Salud Mental. Trabajo que le significo al Dr. Pellegrini el Premio Ginebra 2005, otorgado por la Asociación Mundial de Psiquiatria, por su defensa a los derechos humanos de los enfermos mentales en San Luis. 

El objetivo central de nuestro trabajo  será  el  análisis y la  reflexión  acerca de cómo el factor humano ya sea por condicionamiento o por potencialidad se encuentra inserto en un contexto político y social donde la defensa y ampliación de los derechos humanos pierde el eje del factor supremo que es el “ser humano”, un ser siendo con otros. Si observamos la situación de desmantelamiento y abandono que sufren algunas instituciones públicas, agravado por el aumento de la población que deben atender, dan cuenta de necesidades que recaen en la formación de equipos interdisciplinarios no solo cada vez mejor preparados sino cada vez más “comprometidos para hacer frente a este “Síndrome de Violentación Institucional”.

Este Síndrome de Violentación Institucional, caracteriza un psicoanálisis en la pobreza, en la marginación, cuando se interviene en el campo de Salud Mental.

Estos objetivos no podrían ser contemplados si dejamos de lado  el actual   proyecto de sociedad, inserto en el neoliberalismo, donde se articulan altas tasas de desocupación y  sub-ocupación, con desregulación económica y reconversión  regresiva del sector público estatal. La política social se reconvierte, definiéndose a partir de los principios de focalización, descentralización y privatización. La focalización implica  procesos de selectividad: de sujetos, de necesidades sociales, donde de alguna manera esto esta permeado por la cuestión de la “eficiencia y la eficacia” del gasto público, por el problema de conseguir el equilibrio del gasto fiscal. La focalización actúa como un delgado filtro que restringe la zona de responsabilidad estatal. El Estado Nacional, de esta manera reconvierte la lógica  regulacionista de carácter universalista, en estrategias de intervención puntuales dirigidas a los focos poblacionales denominados poblaciones en riesgo.

Como resultado vemos un mosaico de programas focalizados, gestionados por unidades provinciales y municipales. La política social, en la Argentina contemporánea, es el collage fragmentado de programas focalizados, planificados centralizadamente siguiendo las recomendaciones de los organismos internacionales y gestionados por unidades territoriales  provinciales y municipales. Este proceso lo denominamos proceso de municipalización liberal. Es en éste contexto que nuestro País debe implementar medidas que den cumplimiento a la Convención de los Derechos del Niño en cuanto a su  protección integral como sujeto de derecho.

Estamos frente a la transición de cambio de paradigma, proceso que deberá dejar atrás el concepto de menores en situación de riesgo.  Es el Estado mediante políticas sustentables y no asistencialistas, junto con toda la sociedad,  quien tiene que garantizar a las familias los medios necesarios para que no se vulneren estos derechos, es decir, trabajar sobre las causas y no los efectos.

Desarrollo

Metodología de Trabajo

El carácter del estudio en el Instituto del Menor  Borchez Otamendi fue exploratorio  y la metodologia utilizada cualitativa. Para el diseño del trabajo se dispuso preguntar como era un día de trabajo en el instituto y dejar que el personal del mismo nos contara libremente un día de trabajo. El instrumento utilizado para la recolección de datos fueron seis entrevistas focalizadas  a diferentes profesionales que trabajan en la institución, tres asistentes operadores, una maestra, una psicóloga y una asistente social. 

Justificación

Sabemos que la institucionalización de cualquier persona ya sea niño/as, adolescentes o adultos, en cualquier lugar que no comprenda el seno de una familia es un grado extremo de exclusión y desapropiación de lo social. Sujetos privados de su libertad sin plazos ni objetivos claros,  sufren afrentas a la libertad.  Los principios sobre los derechos del hombre custodiados por la Declaración Universal de Derechos Humanos declara en su artículo 3 “….todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”, agregando en su punto 5 “..…nadie será sometido a tratos crueles, inhumanos o degradantes”. Si a estas situaciones vividas por los internados le sumamos el desgaste profesional que sufren las personas que trabajan en las instituciones que albergan niño/as, adolescentes y adultos en situación de desamparo, o por hechos delictivos o por motivos de disfunciones en la salud mental. Podemos entonces observar que nadie esta exento a sufrir un estrés crónico que puede llevarnos a situaciones limites.

Del análisis de la recopilación de datos surgió como hecho relevante que el personal del Instituto Borchez Otamendi pide mejor preparación y/o capacitación para hacer frente a estas situaciones que lo desbordan.

Pero del análisis de dichos datos se desprende las siguientes preguntas: ¿implica una mejor preparación y/o capacitación un mayor compromiso en la tarea realizada? ¿Puede una persona no exactamente muy capacitada pero comprometida con la tarea, hacer frente a las adversidades que se le presenten? ¿Se encuentra un ser humano que potenciado en sus capacidades haga mejor frente a situaciones que desbordan sus capacidades; o es un ser humano condicionado y ambientado el que mejor lo puede hacer?

Aspectos Teóricos

Se dice que una institución será buena o mala, dependiendo de la calidad de sus recursos humanos. Es por ello que, con el objeto de aprovechar al máximo el potencial humano, las empresas desarrollan complejos procesos. Entre muchos, la motivación del personal se constituye en uno de los factores de especial importancia para el logro de los objetivos empresariales  y de facilitación del desarrollo laboral y personal del trabajador.

Una de las maneras en que los directivos pretenden mejorar la productividad es incrementando las remuneraciones de los trabajadores, bajo el concepto “te pago más para que produzcas más”; sin embargo, ha quedado demostrado en diferentes investigaciones que el efecto del incremento de remuneraciones no necesariamente eleva la productividad, ni la calidad del servicio. Al respecto, Herzberg señala que las necesidades de nivel bajo, el sueldo entre ellos, quedan satisfechas rápidamente, y una vez que están satisfechas, la única manera de motivarla es ofrecer más de lo mismo. Por lo tanto, se convierte en un círculo vicioso interminable.

Sabemos que la administración del factor humano no es una tarea sencilla. Cada persona  es un fenómeno sujeto a la influencia de muchas variables, y entre ellas las diferencias en cuanto a aptitudes y patrones de comportamientos que son muy diversas. Por otro lado, considerando la individualidad de las personas, cada uno valora o conceptualiza a su manera las circunstancias que le rodean, así como emprende acciones sobre la base de sus intereses particulares. Las personas tienen mucho en común, pero cada persona es individualmente distinta. Además, estas diferencias son casi siempre sustanciales más que superficiales.

Se da el caso de trabajadores aptos, bien dotados, de gran inteligencia, de aptitudes especiales, de conocimientos en la tarea o el oficio, pero sin embargo dichos trabajadores no tienen el rendimiento eficiente que se espera.

Esta relación compleja hace que los directivos tomen conciencia de los siguientes aspectos, que casi son principios en la administración de personal:

1) una persona hará algo de algo, si personalmente siente que ese algo es importante para él;

2) una persona hará mas de algo, si  personalmente siente que ese algo es también importante para otros a quienes considera importantes para él; y,

3) una persona hará algo más si personalmente siente que progresa por hacer ese algo.

Si seguimos recorriendo y observamos el mecanismo por el cual la sociedad moldea a las personas a comportarse de una determinada manera “Factor humano condicionado”, vemos que se suele seguir el siguiente proceso: a) el estímulo se activa; b) la persona responde ante el estímulo; c) la sociedad, por intermedio de un miembro con mayor jerarquía (padre, jefe, sacerdote, etc.), trata de enseñar, juzga el comportamiento y decide si éste es adecuado o no; d) la recompensa (incentivo o premio) se otorga de ser positivo. Si se juzga inadecuado, proporciona una sanción (castigo); y, e) la recompensa aumenta la probabilidad de que en el futuro, ante estímulos semejantes, se repita la respuesta prefijada. Cada vez que esto sucede, ocurre un refuerzo y, por tanto, aumentan las probabilidades de la ocurrencia de la conducta deseada. Una vez instaurada esa conducta se dice que ha habido aprendizaje. Este esquema no sólo es válido para enseñar normas sociales sino, además, cualquier tipo de materia. Una vez que se ha aprendido algo, pasa a formar parte de nuestro repertorio conductual.

Pero también observamos que la frustración en el trabajo se produce cuando un trabajador actúa para lograr un objetivo y encuentra alguna barrera u obstáculo que le impide lograrlo, entonces aquí se produce la frustración, que lleva a la persona a ciertas reacciones, tales como:

a) desorganización del comportamiento (conducta ilógica y sin explicación aparente);

b) agresividad (física, verbal y psicológica);

c) reacciones emocionales (ansiedad, aflicción, nerviosismo y otras manifestaciones como insomnio, problemas circulatorios, digestivos, etc.); y,

d) alienación, apatía y desinterés.

          Pero también se puede decir que todo esto podría no ocurrir si la persona esta motivada. Entonces Frederick Herzberg señala que en la motivación intervienen los siguientes factores:

1) Factores higiénicos (políticas y administración, supervisión, relación con el supervisor, condiciones de trabajo, sueldos, relación con los compañeros, vida personal, relación con los subordinados, estatus y seguridad) que tratan de evitar la insatisfacción laboral; y

2) Factores motivadores (logro, reconocimiento, el trabajo mismo, responsabilidad, ascenso y crecimiento) que elevan la satisfacción y por ende la productividad.

Situación que en las instituciones cerradas, se suman las políticas económicas, sociales y contextuales. Que podrían no contribuir a que las personas no puedan estar motivadas. 

Otra cosa que se conoce es que la capacitación y reconocimiento del saber del trabajador tiene un gran valor en una organización y en la sociedad. Una empresa es competente, cuando tiene trabajadores competentes. En el nuevo escenario laboral, el incremento de conocimientos, además de favorecer mejores resultados en la empresa, facilita el aumento las capacidades con las que cuenta para competir mejor. Por ello, resulta de vital importancia hoy que las empresas que quieren ser más competitivas valoren y reconozcan las competencias con las que cuentan (Tyson y Jackson, 1997). Sin embargo esto parecería ser que en lo institucional asistencial no es suficiente.

Los autores Basaglia y Basaglia Ongaro, nos dicen que la ciencia, supuestamente, está dedicada a liberar al hombre de sus propias contradicciones y de las contradicciones que tiene la naturaleza; sin embargo, se revela cada vez más del lado del sistema capitalista, oprimiendo, coercionando, adaptando a una norma impuesta. Estos autores trabajan dos campos de reclusión:

1)         La reclusión manicomial: para el hombre enfermo del “espíritu”;

2)         La reclusión carcelaria: para el hombre moralmente extraviado.

Manicomio y cárcel, entonces, tienen igual función de tutela y de defensa de la “norma”, de lo normal impuesto. No cumplen con su supuesta función rehabilitativa, pues muy raramente sus internados son reinsertos en la sociedad. O sea,  que ambos (manicomio y cárcel) se mueven en el plano puramente negativo.

Estas dos instituciones de reclusión intentan abolir las contradicciones del hombre (en este caso, locura y delincuencia) como si fueran hechos aislados, naturales y no sujetas a una realidad económico-histórico-social.

Los autores consideran que la ciencia es cómplice de la ley en este intento de maximizar la explotación, oprimir más, adaptar a la norma.

El problema del sistema capitalista está en la necesidad de eliminar el problema, en la necesidad de eliminar “lo diferente”, lo problemático. La propuesta es que lo “diferente” se acepte y además se asuma el compromiso social de insertarlo en una sociedad como sujeto de derecho. Estos autores denuncian la científica criminalización de la enfermedad y de la desviación: los procesos a través de los cuales la necesidad por estos expresada, se traduce en crímenes por castigar, para justificar la criminalidad del castigo. La propuesta podría ser que lo “diferente” se acepte y además se asuma el compromiso social de insertarlo en una sociedad como sujeto de derecho.

Cuando Ulloa nos habla de instituciones cerradas (o totales) nos habla de todas las instituciones que se ocupan de marginados sociales, tales como cárcel, establecimiento minoril, neuropsiquiátrico y geriátrico. Las preguntas que podríamos hacernos serían: ¿cerrado para quien? ¿Para los que están adentro o para que los que están afuera no puedan ingresar? ¿La institución carcelaria intenta adaptar al marginado a la sociedad o sólo se ocupa de aislarlo? La cárcel tiene un doble objetivo:

1) en ella se dan los cuatro tipos de instituciones que marca Ulloa (en ella el hombre aprende, produce, se cuida su salud y tiene algunos tiempos libres) y

2) son “controladores sociales”, aíslan, separan a los transgresores de la sociedad. Como ejemplo la localización de la cárcel en la ciudad: siempre en los márgenes (aleja “marginados”) para proteger a los que habitan en el “centro”, los poderosos.

La institución cerrada o total está, a la vez, dentro y fuera de la sociedad: dentro de la sociedad cumple el objetivo de aislamiento del marginal; fuera de ella pues no es reconocida por la sociedad como perteneciente a ella.

El problema: de acuerdo con la crítica expuesta, ¿se puede seguir pensando en la existencia de este tipo de instituciones en estos términos? La propuesta del autor es: implementar micro-climas institucionales o “pequeños hogares de contención” con la mayor participación social “activa” posible, en que no haya “aislamiento social” sino, por el contrario, “participación activa social”.

Esto es lo que podríamos, tal vez,  llamar un verdadero “compromiso social”. ¿Ayudaría esto a que las personas que trabajan en estas instituciones totales, generalmente profesionales de la salud, seguridad y  educadores, puedan responder eficazmente al exceso en las demandas y presiones laborales?, Habitualmente muchos de los profesionales que sufren el “síndrome del quemado” son los que se esfuerzan de un modo intenso y sostenido en el tiempo, con una sobre exigencia y tensión que originan importantes riesgos de contraer enfermedades y afectar negativamente el rendimiento y la calidad del servicio profesional. ¿Podría tal vez un compromiso social, desde adentro de la institución y desde afuera, desde la sociedad,  contribuir a que esto se pueda producir solo en casos muy particulares? ¿Podría ser esto el factor humano potenciado en su máxima expresión? Donde ya no hablaríamos de crecimientos individualidades, ni de subjetividades aisladas sino de un ser siendo con otros.

Conclusión

En cuanto a la reflexión que nos convoca este taller es: en todo ámbito laboral que nos desarrollemos, hay dos preguntas que nos deberíamos hacer:

¿Soy parte de esta organización o trabajo en esta organización? Este interrogante teniendo en cuenta sobre todo el Factor humano.

Ser parte “de,” significaría identificarse con la institución, mantener la ética laboral, priorizar los valores subjetivos, más allá de los resultados. Quizá de esta forma se correría el riesgo de quedar fuera del sistema.

Trabajar “en”, significaría utilizar el nombre de la organización para ser social o profesionalmente  reconocido. El objetivo sería aumentar el curriculum. Se es parte del sistema, donde cada rol debe ser funcional a la estructura que lo soporte. Y éste es el individualismo, la búsqueda del éxito rápido. No hay espacios para reconocer la alteridad.

También se hace necesaria la reflexión personal en este espacio, sobre las huellas del pasado, que nos impregna en este presente y se proyectan sobre un futuro incierto.

Estas huellas se deben recorrer cuantas veces sean necesarias porque constituyen el núcleo de nuestra identidad. Sin el suficiente conocimiento de esas marcas, estamos perdidos a repetir la historia y a enfermar. No solo han desaparecido compañeros de la salud mental, la dictadura intentó desaparecer la sana costumbre de analizar nuestro pasado y sus efectos sobre el presente.

En tiempos difíciles se prohibieron los encuentros grupales para pensar y producir un cambio profundo. Este fue uno de los tantos métodos con el cual se intentó paralizar el ser solidario, el ser reflexivo, el ser comprometido, el ser con los otros. A pesar de esos intentos, estamos hoy dispuestos a empezar de nuevo, estamos dispuestos a solidarizarnos y a trabajar en equipo, a dejar de ser una serie de grupo y convertirnos en un conjunto de voluntades donde todos y cada uno de nosotros tiene algo que aportar

Cooperar y solidarizarnos con las poblaciones más vulnerables por la situación de exclusión, es uno de los principios que deben movernos en nuestra profesión.

Recuperar la memoria histórica no tiene el objetivo de reabrir heridas, tiene el enorme compromiso de hacer frente a nuestros complejos culposos que estarán siempre presentes. Es un deber moral y ético a nuestra profesión el “hacerse cargo” En toda esta historia fuimos los protagonistas y dejamos hacer por miedo, por dolor, por temor u omisión.

Una profesión en que debemos ser imparciales pero no neutrales ante el sufrimiento y la injusticia, especialmente cuando hablamos de empatía, podemos y debemos colocarnos en lugar del otro para comprenderlas. Es necesario exigir a las instituciones- porque somos parte de ellas- el hacerse cargo de aquellos que sufren, en realidad: de nuestro sufrimiento

Los efectos de una época represiva siguen presentes en la actualidad y conforman parte de nuestra identidad como profesionales de la salud mental. Identidad que no puede construir un individuo aislado, sino un conjunto de individuos como resultante de un proceso social.

“No quemar el cerebro” depende de nosotros, de interpelar la historia a partir de una concepción que comprende al profesional como un emergente de transformaciones sociales que configuran procesos identificatorios personales-colectivos.

Bibliografía:

· Aquino y Viola, Recursos humanos. Ed. Macchi. Bs. As. 1997

· Basaglia, F. La institución negada. Barral Editores. Barcelona 1976

· Basaglia F. Razón, locura y sociedad. Ed. Siglo XXI. México 1978

· Basaglia, F. y Basaglia Ongaro, F. “La criminalización de las necesidades”, en Los crímenes de la  paz, Edit. Siglo XXI, México 1987.

· Bleger, J.  Psicohigiene y Psicología institucional. Paidós Buenos Aires 1962

· Foucault, M.: La prisión imposible, Cuaderno Anagrama, Bs. As. 1982.

· Foucault, M. Defender la sociedad. Ed. Fondo de Cultura Económica. Bs. As. Argentina 2000

· Foucault, M.: “Vigilar y castigar”, Edit. Siglo XXI, México. 1987

· Herzberg, F. Mausner, Bloch Snyderman, B. The motivation to work Edition.2d ed. Publisher New York : Wiley, 1959

· Lazarus, R.S. y Folkman, S. Estrés y procesos cognitivos. Barcelona, Martínez Roca. 1986

· Loureau, R.: “El análisis institucional”, Edit. Amorrortu, Bs. As., 1970.

· Maturana, H. y Nisis, S. Formación Humana y Capacitación. Ed. Dolmen. 1997

· Morin, E. Nuevo Paradigma, cultura y subjetividad. Ed. Paidós. Bs. As. 1994

· Neuman, E.: “Crónicas de muertes silenciadas”, Edit. Brughera, Bs. As., 1985

· Pavarini, M.: “Control y dominación”, Edit. Siglo XXI, México, 1983

· Pellegrini, J. L. Crónicas agudas. Ediciones San Luis. San Luis. 2002

· Pellegrini, J. L. Cuando el manicomio ya no está.... Fundación Gerónima. San Luis. 2005.

· Tonon, G.  Calidad de vida y desgaste profesional: una mirada del síndrome del burnout. Bs.As: Espacio Ed. 2003

· Tyson, S y Jackson, T. La esencia del Comportamiento Organizacional Ed. Prentice – may Hispanoamericana, S.A de C.V. México, 1997

· Ulloa, F.: Análisis psicoanalítico de las instituciones, En Revista de  Psicoanálisis XXVI. Buenos Aires, 1969.

· Ulloa, F. El espacio institucional en La institución psicoanalítica: una utopía. Ed. Lugar Bs. As. Argentina 1991

· Weinert, A. Manual de psicología de la organización. Edit. Macchi. México 1991.


Abordaje Integral a Niños en Riesgo Social, una Estrategia de Trabajo Intedisciplinario

El objetivo del presente trabajo es presentar un abordaje interdisciplinario con enfoque multidireccional, y una modalidad operativa de trabajo en red con niños en riesgo y vulnerabilidad social. Nuestra participación en una fundación sin fines de lucro se focalizó en poder contrarrestar la agresividad en niños que ya estuvieron expuestos a sufrir violencia familiar, social, escolar. Apostamos a incentivar y apoyar a los chicos para que sean ellos mismos protagonistas de su propio desarrollo. Entendemos que la violencia no es innata en los seres humanos, sino que es un aprendizaje y como tal puede y debe no solo ser prevenido sino también desaprendido. La pobreza, el abandono, la violencia nos lleva a la reflexión que no vivimos en un mundo aislado. El “yo” y el “tú” solo nos lleva a un aislamiento que acrecienta aún más la brecha de pobreza, abandono y violencia. Solo con el “nosotros” y desde “nosotros hacia la comunidad”, podremos lograr que nuestros niños tengan igualdad de oportunidades para poder insertarse en una sociedad más justa y humanitaria, usufructuando así todos los derechos de los cuales son dignos como seres humanos. 

INTRODUCCIÒN

A modo de documento preliminar, aquí se esbozan algunas ideas que puedan permitir la creación de un espacio de discusión, en donde se ponga en juego el real aprendizaje de la circulación de la palabra y la diversidad. Dentro del vertiginoso dinamismo de las sociedades avanzadas, se están dando importantes cambios donde aparecen situaciones hasta ahora desconocidas, que afectan directamente a la correcta socialización de nuestra infancia. La infancia en situación de riesgo se suele definir como un grupo en proceso de desadaptación social por causas básicamente familiares. Si hacemos un rápido repaso a las diferentes orientaciones teóricas que definen las situaciones de riesgo social veremos como el énfasis siempre recae en las circunstancias familiares.

Así, el enfoque socio-ambientalista acentúa la importancia de los factores ambientales y sus programas de intervención hacen hincapié en los apoyos a las familias cuando analiza este fenómeno. El enfoque conductista, en cambio, se centra en la idea que las situaciones de riesgo están causadas, fundamentalmente por las dificultades de los padres en desarrollar su rol parental y en cubrir las necesidades básicas de sus hijos; por otro lado las perspectivas psico-dinámicas ven la conducta como algo sintomático causado por experiencias pasadas que mucho tienen que ver con las habilidades afectivas familiares. Por último, el enfoque sistémico parte de la premisa de que el individuo con problemas forma parte de un sistema, básicamente familiar, con dificultades (Guasch, M. y Ponce, C., 2002).

Los enfoques teóricos que abordan la epistemología de la infancia en situación de riesgo se centran en la situación familiar, identificando las causas y los factores de riesgo en el microsistema familiar: la desestructura familiar, los maltratos infantiles familiares, la dinámica conflictiva entre padres e hijos, la ausencia o el exceso de disciplina, la negligencia o la ausencia de lazos afectivos, son algunos de los factores que se han identificado como causa de la desadaptación social.  

La condición de riesgo es la que se da en individuos que tienen un déficit importante en las necesidades básicas de contención, y en la provisión de estímulos afectivos en un momento de su desarrollo  colocándolo en estado de abandono.

DESARROLLO

Infancia en situación de riesgo

Para resolver la situación de los niños  en estado de abandono, se produjeron demandas sociales que determinaron el surgimiento de instituciones que se hicieran cargo de esas funciones, para  intentar  brindar elementos que sustituyeran  o solucionaran el estado de carencias básicas padecido por estos niños. En el caso de los menores en riesgo, es necesario el estudio de las instituciones que cubren las funciones de socialización.

El propósito de la investigación es, lograr un entendimiento global de la realidad para establecer un abordaje integral a niños en riesgo social, en un marco de trabajo interdisciplinario.

Nuestra participación en una fundación sin fines de lucro se focalizó en poder contrarrestar la agresividad en niños/as de 6 a 8 años que ya estuvieron expuestos a sufrir violencia familiar, social, escolar. Estos  niños, seleccionados por sus características de riesgo social, provenientes, en su mayoría, de barrios de profunda pobreza  de zona sur del Gran  Buenos Aires, afectados por las consecuencias de una prolongada crisis económica y social.  Nuestra labor se centró en brindar asistencia  y  acompañamiento terapéutico a estos niños/as, con la correspondiente supervisión de los casos a cargo de la Lic. María Cristina Rosende.  Apostamos a incentivar y apoyar a los chicos para que sean ellos mismos protagonistas de su propio desarrollo.

En la Fundación  se busca promover, en primer término, aquellas acciones que garanticen la alimentación, la salud y el aprendizaje de niños que se encuentran en estado de riesgo social, fortaleciendo y acompañando la función de sus familias y la comunidad, complementando la acción de la escuela, facilitando los aprendizajes escolares y, en definitiva, previniendo el fracaso escolar y social.

En relación a los objetivos de nuestra investigación, las modalidades de abordaje del trabajo asistencial fueron objeto de un detenido análisis. Varios fueron los factores que así lo exigían, desde el marco teórico, desde el punto de vista del proceso y la modalidad de construcción  del conocimiento nos apoyamos en el enfoque psicoanalítico.

En vínculos institucionales, que se entrecruzan con una tarea particular también de la estructura individual.  El niño soporta la dificultad pero es necesario dialécticamente, los otros aportan el sentido y por lo tanto fue también una preocupación considerar el significado del síntoma desde la escuela, desde el espacio de la clase, y desde la familia y el niño como emergente de estos grupos primarios. Interrogamos sobre el significado que tiene el no aprender. La familia adquiere un protagonismo como tal, dejando de ocupar los lugares de padres, y ocupar los padres el lugar de miembros informantes. El niño paciente deja de ser hablado por otros y cada uno habla por si mismo y desde su  lugar. 

Nuestro trabajo pretende mostrar cómo los aportes de distintas disciplinas favorecen las posibilidades de intervención y por ende los resultados, permitiendo sentar las bases para un accionar responsable favoreciendo que los profesionales intervinientes realicen los ajustes necesarios para atender cada caso particular.

Los conflictos familiares no son otra cosa que la expresión manifiesta de una compleja trama subyacente, que a veces, ni siquiera los propios protagonistas conocen. El abordaje fue realizado  desde la psicoterapia, desde la asistencia social, desde la clínica, pues si tomábamos una sola de estas ramas exclusivamente, hubiera resultado ineficaz.

De esto se trata el trabajo interdisciplinario. Mucho más que el trabajo conjunto de distintas disciplinas, se trata de unificar criterios para encontrar un lenguaje común a través de la integración de los distintos puntos de vista, resignificando estos nuevos espacios que la sociedad actual y la comunidad hoy nos requieren.

Fenómeno de los malos tratos

El fenómeno de los malos tratos a la infancia responde a un tipo de relación entre el adulto y el niño que podríamos definir como disfuncional y distorsionada. Responde a una manera de entender y de establecer las relaciones entre el adulto y el niño, en que éste es objeto de acciones y/u omisiones que, al fin y al cabo, no ayudan a su desarrollo y estropean, de una manera u otra, su bienestar físico, psíquico y social. La poca atención y la falta de cuidado hacia los intereses y expectativas de los niños, el abandono -en cualquiera de sus formas-, las respuestas inadecuadas, las conductas punitivas y adversivas, el abuso tanto físico como sexual o psicológico, sirven para determinar  una cierta o total incapacidad, ignorancia, imposibilidad o indiferencia por parte de los padres con respecto a la atención, cuidado, protección y educación de sus niños y niñas.

Situaciones y realidades que no dejan espacios para crear e integrar otras maneras de vivir y experimentar el hecho de sentirse aceptado, valorado y querido, y saberse acompañado por unas personas significativas en sus aprendizajes, intereses, necesidades y procesos vitales. 

La detección a tiempo de una situación de abuso o negligencia respecto de un niño, es tarea de la comunidad y debe abordarse con extrema precaución. Esto fue lo se intentó trabajar en la fundación.-

La comunidad educativa puede actuar preventivamente, respecto de situaciones de maltrato hacia los niños/as, del que pueden ser objeto tanto de parte de sus pares, como de su entorno familiar deteriorado. 

Violencia y Agresividad 

Entendemos que la agresividad no es algo aislada sino que es constitucional del ser humano. Nos referimos a la mismo como toda acción, motora o verbal, cuya intención es causar daño directa o indirectamente a otra persona. Esta agresividad puede ser utilizada como fin o como instrumento para conseguir otras metas distintas.

Cuando la satisfacción no se logra de modo y en forma inmediata, careciendo de reflexión y cuando la palabra no puede implementarse como forma de comunicación, es ahí que aparece la violencia. La palabra, el lenguaje, lo simbólico es lo que nos dista de la naturaleza. El ser humano nace en un mundo de lenguaje, estamos atravesados por el lenguaje.

La violencia no es innata en los seres humanos, sino que es un aprendizaje y como tal puede y debe no solo ser prevenida, sino también desaprendida.

El dominio de uno mismo y la tarea de contener y controlar la violencia del otro en situaciones de conflicto, es un proceso que se aprende.

 Entendemos a la violencia como: el uso y el abuso de la fuerza desnaturalizada que los seres humanos descargan contra otros; es decir, como la fuerza desconectada del instinto de supervivencia. Durante el proceso de socialización infantil, la violencia social se definiría por la falta de acatamiento de reglas y normas sociales, incidiendo tanto en la resistencia como en la indisciplina ya sea verbal o física. Por ello, el estilo personal de violencia, incluirá tanto:

La agresividad física - manifiesta (vandalismo y agresión física)

La oculta (acoso sexual y bullying)

La agresividad verbal (insultos, apodos, amenazas)

Las simbólica (aislar intencionadamente a otros niños, promoción de rumores y calumnias)

Las conductas disruptivas en el aula y los problemas de atención - se relacionaría con la hiperactividad, la impulsividad, problemas de disciplina,  y falta de habilidades sociales en los procesos de comunicación-, que no dejan de ser un comportamiento antisocial pero sin manifestación física de la agresividad. (Olweus D., 1998)

Consideramos que la violencia infantil, como parte del clima educativo y las relaciones interpersonales de los niños con sus iguales y con los adultos, que tienen lugar en los distintos contextos en los que se desenvuelven -escuela, familia, vecindario-; sería el resultado de un inadecuado proceso de socialización. Estas conductas violentas iniciales, lejos de ser sustituidas por otras estrategias y habilidades prosociales, son reforzadas y llegan a constituir una pauta habitual de comportamiento. En este proceso estarían influyendo diferentes factores, desde los hereditarios; innatos o biológicos, los psíquicos, hasta los que están definiendo las características de los contextos de convivencia y por lo tanto, de socialización. Sería uno orígenes de la violencia, que surge a raíz del escaso o erróneo desarrollo de la competencia social que todo niño debe poseer para la adecuada adaptación a su entorno físico y social. (Cerezo E., 1997) 

Tan importante es trabajar para la creación de vínculos y la relación personal, como trabajar para la creación de diferentes marcos de convivencia, aprendizaje y otras formas de relación social. La acción educativa tendrá que ir orientada a plantear, extraer y/o ayudar a sacar en el niño o joven las cuestiones vitales que le preocupan y que le bloquean, de manera que esto le permita tomar conciencia de su situación, de sus carencias y necesidades haciendo un ejercicio de conocimiento, comprensión crítica y elaboración de su realidad personal.

  Maltrato en la infancia y abuso sexual infantil

El tema del abuso sexual infantil forma parte del maltrato a la infancia guardando estrecha relación no solo con la violencia intrafamiliar, sino también con la social. Estas son temáticas estrechamente interrelacionadas y bastante observadas en las investigaciones.

Las graves injusticias y agresiones infligidas en la niñez dejan sus marcas para el futuro, dado que la imposibilidad de defenderse y articular su rabia y su dolor, hacen que estas experiencias no puedan ser integradas a su personalidad y la hostilidad inconsciente habitualmente se dirigirá contra sí misma; bien contra su cuerpo (somatizaciones crónicas, drogadicción, alcoholismo, bulimia etc.) o bien contra quién considera de su creación y parte de ellas mismas.

Privilegiar la escucha, de estos niños/as abusados sexualmente, en un marco de contención y de trabajo interdisciplinario, no es poca cosa ya que como se dijo, al inicio del presente trabajo “apostamos a incentivar y apoyar a los niños para que sean ellos mismos protagonistas de su propio desarrollo”. Cómo llegar a esto sí primero no son escuchados y atendidos desde su propia subjetividad.

Por este motivo, por sobre todas las cosas debemos privilegiar la escucha en un marco de contención. Debido a que la Ley del silencio es lo que lo sostiene y lo perpetúa en el tiempo. La lealtad invisible es lo que lo impulsa el abuso a repetirse en el tiempo transmitiéndose transgeneracionalmente. En esta ley del silencio entramos todos, en la medida que ignoramos o no comprendemos este vinculo invisible.

Para romper este silencio necesitamos más el trabajo en redes y del trabajo interdisplinario, no solo un trabajo de contención a las victimas, sino también tratamientos rehabilitadores para los victimarios junto con la reparación y la justicia sobre el  daño ocasionado. 

CONCLUSIÒN

Es importante la referencia a nuestra labor profesional comprometidos con los necesarios cambios sociales, y no convertirnos en cómplices de este sistema social injusto, desigual y marginalizador. Vincularnos con los otros, en este caso con los niños en riesgo, desde la solidaridad.

Ha pasado una larga historia en la Argentina en el cual, la gran mayoría acordamos que no la queremos nunca mas, pero si nos falta algo es reflexionar en como reconstruimos todo un conjunto de valores que han sido destruidos y nos han habituado a convivir con hechos y  circunstancias que se nos representan como resignadamente normal, que nosotros nada tenemos que ver, sino los políticos o los profesionales, o el estado, o la medicina, o a quien le corresponda en algún momento y lugar algo de lo que vamos padeciendo

Si bien las fundaciones serán una forma de aliviar y reemplazar las carencias de un estado, Es el estado que debe proteger a esas familias olvidadas. Y ese Estado somos nosotros mismos. Estos trabajos en la fundación con niños en situación de riesgo social, trabajos conjuntos, interdisciplinariamente, tenemos la obligación de llevarlo a un contexto mucho mas amplio y llegar a las raíces del problema.

Las fundaciones deben existir, pero “hoy, aquí y ahora”, porque el problema ya está, pero no deben crecer, deben ser fundaciones situadas en un tiempo cuya vida debe ser lo mas corta posible.

Promover un cambio social es obligación de aquellos que conducen los destinos de un país y del cual somos participes responsables y no exigirlo, debe llamarnos a la reflexión del porque no se discute, porque de eso no se habla, “por algo será”, “algo hicimos y habrán hecho” para llegar a esta situación. Y lo que estamos haciendo ahora, como profesionales de la salud, es no ir al análisis profundo del contexto social en el cual desarrollamos nuestra profesión y nuestra vida.

Detrás de un niño carenciado material y afectivamente, al que no les respetamos sus derechos, hasta los más esenciales, hay una familia a la que diariamente no respetamos, porque le privamos de lo más esencial para su vida: trabajo, salud, educación. 

Constantemente lo vemos en la calle, una franja marginal que crece día a día, la falta de trabajo, la explotación de los niños en los trabajos nocturnos. Niños entre 5 y 15 años que en su mayoría vemos revolviendo basura, haciendo malabarismo con 3 pelotita a cualquier hora, con frió, vendiendo estampitas, corriendo riesgos entre los coches, fumando o aspirando bolsitas de pegamento, de paco. Estas cosas también son nuestra responsabilidad. Estos chicos que ya tienen “la identidad de la calle” son nuestra responsabilidad.

Si algo debemos rescatar de todo esta labor en la fundación, es haber encontrado un grupo de trabajo, un grupo preocupado por saber, por tratar de hacer las cosas bien, por solidarizar sus conocimientos, por preocuparse de charlar con otros las cosas que les preocupan y por mirar más allá de nuestra tarea específica, y que hoy nos reúne: los niños en riesgo. 

Bibliografía

1-Amuchástegui Marta, Carli Sandra, Karol Mariana, Lezcano Alicia (1999) De la Familia a la Escuela. Santillana.
2-Asociación Colombiana del Menor Maltratado Intervención en casos de abuso sexual en estado de crisis. (1996) Protocolo de atención a la niñez maltratada. Colombia.
3-Belluscio Zanoni. Código Civil de la República Argentina y leyes complementarias1978 a 1999. Astrea. Bs.As.
4- Borda Guillermo (2004). Manual de Derecho Civil: Parte General, 21ª. ed. actualizada LexisNexis : Abeledo-Perrot, Buenos Aires.
5- Carli Sandra(1992). “Crisis y Educación Popular”. ATE. Bs. As.
6- Caruso Marcelo, Dussel Inès, (1999). “De Sarmiento a los Simpson” Cinco conceptos para pensar la educaciòn. Kapeluz. Buenos Aires.
7- Castro Santander A., (2004). “Desaprender la violencia (un nuevo desafío educativo)”. Buenos Aires. Editorial Bonum.
8- Convención Internacional Sobre Los Derechos Del Niño: aprobada por la asamblea general de las naciones unidas el 20 de noviembre de 1989 e incorporada a la constitución Nacional, art. 75. inciso 22.
9- Díaz Aguado M.J., (1996) “Programas de educación para la tolerancia y prevención de la violencia en los jóvenes” Volumen II “Fundamentación Psicopedagógica”. Ministerio de trabajo y Asuntos Sociales. Instituto de la Juventud. Madrid.
10 Dot
O., (1998) “Agresividad en el niño y en el adolescente”. Barcelona. Grijalbo.
11- Galdos Silva, S., (1995) “Mi cuerpo es mi territorio”. Pautas de Prevención del Abuso Sexual hacia Niños y Niñas en Movimiento Manuela Ramos. Lima-Perú.
12- Garbarino, J y Eckenrode, J. (1999) " Por que las familias abusan de sus hijos". Barcelona: Granica.
13- Grosman, C.Y Mesterman, S. (1992), "El abuso sexual" en Maltrato al Menor. Ed. Universidad, Buenos Aires.
14- Guasch, M. y Ponce, C. (2002), “¿Qué significa intervenir educativamente en desadaptación social?” Barcelona, ICE Universidad de Barcelona.
15- Ley de Violencia Familiar Nº 24.417/94.
16-Ley Protección Integral de los Derechos de las niñas, niños y adolescentes, Nº 26.061, 28-septiembre 2005.
17- López, F.; López, B.; Fuertes, J. Sánchez, J.M. y Merino, J. (1995), “Necesidades de la infancia y protección infantil”. Madrid, Ministerio de Asuntos Sociales.
18- Milner, Joel S y Herce, C. (1994)."Abuso sexual intrafamiliar: Teoría, investigación y tratamiento" Revista de estudio Infancia y Sociedad. Centro de estudio del menor. Madrid. Nº 24. pp. 139-173.
19- Moreno Olmedilla J.M., (1998) “Comportamiento antisocial en los centros escolares: una visiòn desde Europa” Revista Iberoamericana de Educación 18. 189-204.
20- Munist, M.; Santos, H.; Kotliarenco M. A., Suárez Ojeda; E. N., Infante F., Grotberg E., (1998) “Manual de identificación y promoción de la resiliencia en niños y adolescentes”, OPS/OMS.
21- Olweus, D. (1993) “Bullying at scholl. What we know and what we can do”. Oxford. U.K. , Blackwell.
22- Ortega, R. y colaboradores (1998) “La convivencia escolar: que es y como abordarla”. Sevilla, Conserjería de Educación y Ciencia. Junta de Andalucía.
23- Pauluzzi, L. (1999) "Violencia Familiar. Comprender y prevenir". Indeso-Mujer; Rosario.
24- Peroni G. (2000) Ponencia presentada en el Seminario”El incesto en la Ley, la ley del incesto” organizado por Foro Juvenil – Programa Faro – Intendencia Municipal de Montevideo, Uruguay, publicada en libro Seminarios: Violencia – Campos de intervención Foro Juvenil, imprenta Creagraf.
25- Roa, A.; Rehnfelat, M., (1998) “Manual para la intervención en caso de abuso sexual de niñas, niños y adolescente”. Asunción. Paraguay.
26- Save the Children, Grupo Europa (1998) “Secretos que destruyen. Cinco Seminarios sobre explotación y abuso sexual infantil”.
27- Zanoni Eduardo (1998) Manual de Derecho de Familia. Astrea. Buenos Aires.

Trabajo editado en  http://www.funcapac.org.ar/index2.php?  

Editado también  en Boletín electronico Psicologia Juridica. org mayo. junio  2007 ISSN 1692-0759 página http://psicologiajuridica.org/psjb29.html